martes, 25 de octubre de 2011

Via de la plata

Hemos llegao a casa, tras 10 días de correrías por las tierras de andalucía y extremadura; hemos intentado a lo largo del camino ir actualizando el blog, pero ha sido del todo imposible, así que una vez en casa y con más tranquilidad, en los próximos días lo completaremos. Sin más dilación, así vivieron Juancar y jvitxu su vía de la plata, desde Sevilla a Cáceres.


Etapa 1 Sevilla-Guillena
 
El 15 de octubre, salimos de Bilbao a las 13.00 horas, y en una hora nos encontrábamos cogiendo el autobús del aeropuerto que nos llevaba hasta la última parada (Prado San Sebastián), el autobusero, un cachondo, iba cantando las paradas, nos preguntó si todos íbamos hasta la última parada, le contestamos que sí, y el tío cogió un atajo. Fuimos corriendo hasta el hotel Simón, cerca de la catedral, recogimos las credenciales, las sellamos en la catedral, y a correr. Con 35 ó 40 grados, a las 15.30 horas, comenzamos la primera etapa. Cuando llegamos al Albergue eran las 20.30 horas, menos mal que el único alberguista que se encontraba ese día (Jesús, un taxista de Barcelona), quien tenía las llaves, nos localizó en medio del pueblo cuando él iba a cenar, que si no, pues a buscarnos la vida. Nos acompañó hasta el albergue, y luego los tres nos fuimos a cenar a un bar llamado "el Portugues". Después a dormir que al día siguiente tocaban a maitines.




Taxi de Sevilla, motor dos tiempos









Hasta aquí, algunas fotos de Sevilla, un barrio muy importante de Triana










Varias fotos de Triana, la capital




Juancar repostando, sólo mete super, durante el camino no bebe ni una gota de agua.



Santiponce


Restos calzada romana en Santiponce


En medio de la nada, un tío negro, del sol, rodeao de sacos de patatas, con un cartel que ponía "pa pa 5 euro".












 Etapa 2 Guillena-Castilblanco de los Arroyos


En esta etapa madrugamos un poquito, nos dirigimos hacia Castilblanco, eran 17,5 km, un nada para lo que hemos hecho después, pero el no saber, pues eso, de noche y a andar. Una ruta muy bonita, por el camino, naranjos, olivos, y hasta una prueba de montaña, la turdetana que cubria 55 km, y nosotros enmochilados, en medio de los participantes. 
A las 13,00 horas llegamos a destino, juancar fue a pedir las llaves del albergue al gasolinero, y no pudimos abrir la cancela, al parecer habían cambiado la cerradura hacía poco y al gasolinero ni papa. Otra vez juancar (con el subidón), se acercó adonde unos castilblanquenses o lo que sea, y les mangó la bici ( preguntó al dueño si tenía frenos, y le contestó que sí, que como los de un barco), al poco volvió, ya había conseguido unas llaves para entrar (una máquina).
Ese día estuvimos cuatro en el albergue; nosotros dos, el taxista, y Asiertxo ( ingeniero informático), de Beasain, que llegó a la siete de la tarde, estaba haciendo la vía en bici. 





























































Etapa 3 Castilblanco de los Arroyos-Almadén de la Plata 

El tercer día también salimos temprano, ya que nos esperaban 30 km. de recorrido a través de la sierra norte de Sevilla. Curioso, a las 7.30 de la mañana, de noche, los bares llenos, y el día anterior que dimos una vuelta por el pueblo, ni el apuntador, que costumbres más raras.
A lo que vamos, Jesús nos abandona por asuntos familiares, coge el primer autobús a Sevilla, nosotros partimos hacia Almadén de la Plata, Los primeros 15 km. se hacen por carretera, y el resto a través de la mencionada Sierra. Asiertxo, que como va motorizado salió más tarde, nos alcanzó en el kilómetro 15, a la altura de la famosa dehesa Yerbabuena, del amigo Ortega Cano (por cierto el talegazo se lo dio muy cerca de allí), aprovechando la ocasión y que un capataz de la finca estaba pintando el muro, pues le dijimos que nos sacara una foto, accediendo gustosamente.
Seguimos a través de la sierra, preciosa, alcornoques, encinas, lagos, venados (vimos varios), y para finalizar la etapa, antes de llegar a Almadén, un repechón del 30 %, al que han puesto el nombre de Alto del Calvario,  no sé el porqué. Al otro lado el pueblo, a la entrada nos esperaban dos conocidos cinco jotas.
 









































































Etapa 4 Almadén de la Plata-Monesterio

Como no podía se menos, esta etapa sólo era de 38 km. El día anterior, por la tarde, apareció un sevillano (javi, creemos que profe), también iba en bici,  tenía dudas de si seguir o volverse a casa, dada la paliza que se había metido para llegar hasta allí, pero luego finalmente siguió adelante. Estuvimos con él cenando, en tal mala hora, jvitxu, que es un glotón, se puso de ajos asados hasta arriba, luego claro, a la 1 de la madrugada, una indigestión del catorce, toda la noche en el baño. Aún así, a las 6 de la mañana, preparamos la mochila, y tras desayunar en un bar de Almadén, a por los 38 km. De noche, como de costumbre, salimos del pueblo acompañados de un lugareño de unos 80 tacos, que se dirigía por sus cuatro cabras a 2 km. del pueblo, no  le hacía falta linterna, se conocía cada una de la piedras, eso sí, apenas se le entendía  porque hablaba raro. 
Una vez que dejamos al hombre, ya en medio del campo, nos salieron varios perros de una finca, pa mi que juancar les tenía miedo, porque les hablaba como a una persona.
Seguimos ruta siempre en ascensión, casi pisamos a varios cinco  jotas, jvitxu el glotón, no creía que pudiera llegar siquiera al pueblo intermedio, Real de la Jara, pero llegó y seguido el Sevillano, que gracias a su manzana y un acuarius, jvitxu recuperó tono, menos mal.
La ruta siguió sin más contratiempos, y sobre las 6 de la tarde arribamos  en el albergue de Monesterio, recien inaugurado, allí se encontraban un matrimonio y un señor de 67 años, los tres germanos. Una vueltita por el pueblo, cenar algo y al sobre.


















Menudos bungalows




































Etapa 5 Monesterio-Fuente de Cantos 

Etapa más cortita, 22 km. Salimos algo más tarde que de costumbre, queriamos desayunar chocolate con churros, no encontramos el lugar que nos habían indicado para tal fin, y al final zumo de naranja, tostada de pan decente y colacao.
Por el camino, más de lo mismo, y en Fuente de Cantos  un albergue de 1ª, auspiciado por la junta de extremadura, nos recibe la empleada de turno, Marga, con la que no nos  entendimos del todo bien. A la hora de alojarnos, nos colocó en nuestra habitación a la pareja de alemanes, teniendo las otras libres. 
Aparecieron en escena dos canadienses de 19 años, Jeremy and Benjamin, se habían tomado un año sabático y tenían intención de llegar a Finisterre y desde allí a Francia, en total dos meses de peregrinaje. También llegó un holandés, Marco, conductor de autobus de Utrech, éste había dormido en tienda de campaña junto a un lago en la sierra norte de Sevilla, y nos contó que no había pegado ojo a cuenta de la berrea que se daba en esta época. 






















Pediluvio










Puertas pa quien le gusten




 

Etapa 6 Fuente de Cantos-Zafra

Esta jornada de 25 km, dejaba atrás el paisaje que habíamos tenido hasta ahora, prácticamente no había arbolado, más bien zona destinada a la siembra de cereal. A las 8.30 horas, ya llevabamos andados dos kilómetros y nos dimos cuenta que los bastones se habían quedado en el albergue de la junta de extremadura, situado en el antiguo convento-hospital de Franciscanos, donde además se encuentra la casa museo del Francisco de Zurbarán, natural de este pueblo, nosotros al lado y no lo vimos, ¡pa matarnos!. 
No teníamos muchas ganas de volver por los bastones, así que llamamos por teléfono a Marga para que se los diera a los canadienses, cuando nos alcanzaron hacia mitad de camino nos los entregaron, y aprovechando la parada, pues fotito de Juancar con sendos dos. Seguimos el camino con ellos, de vez en cuando parábamos a comer una uvitas, que todavía quedaban en los viñedos, y también alguna granada, éstos no habían vuelto a comer caliente desde que salieron de Quebec. 
Antes de llegar a Zafra nos detuvimos a descansar en el pueblecito llamado Puebla de Sancho Pérez, los canadienses se quedaron a comer un bocata y nosotros ya seguimos hasta Zafra, sólo quedaban tres kilómetros. De todas formas, de haberlo sabido,  hubieramos hecho noche en este pueblo, pues como supimos días después, el albergue estaba ubicado en la plaza de toros más antigua de España, los ventanales del albergue daban al albero, interesante.
Una vez en Zafra y ya alojados, nos fuimos a comer, cuando volvimos, a las 16.00 horas, los canadienses estaban alojados en nuestra camareta, ya estaban sobando, y no había hijo madre que entrara en la habitación, dentro había tigres. Yo me fui derecho a las ventanas, las abrí de par en par, para que respiraran un poco los tigres. 
A la tarde dimos un paseo por Zafra, muy  bonito, su plaza grande, su plaza chica, el ayto, el parador, los bocatas de jamón, y una farmacia de admirar, como se puede apreciar, abierta las 24 horas.





De éstos a patadas en la comarca, la pena es que no pudimos retratar a ninguno de los que van encima.



















Juancar en turno de tarde-noche













Etapa 7 Zafra-Torremejía

Dormimos bastante bien, a pesar de hacerlo con los amigos de Angel Cristo. Tras el desayuno, somos los primeros en iniciar la etapa, como no. El primer pueblo que nos  encontramos, Los Santos de Maimona, bonito pueblo, y con historia. Pasamos por Villafranca de los Barros y acabamos en Torremejía. Cuando estabamos buscando el albergue (palacio de los Mexia) reconstruido recientemente y tambien tutelado por la junta de extremadura, nos encontramos tumbado en un banco, al albaceteño de pro, que durante el camino lo encontramos varias veces, y eso que iba en bici, pero llevar una máquina es lo que tiene, se pincha, se vuelve a pinchar, y eso que debajo del culo llevaba casi cuatro mil eurines. Cuando nos vio en Torremejía, el tío flipó, casi cuarenta kilometros en el mismo tiempo. El en antebrazo izquierdo llevaba tatu la inscripción LEGION, ha tenido que ser una bomba. Le dijimos que se quedara en Torremejía, pero le pudo el orgullo legionario y se fue a Mérida, que le vamos a hacer. Ya instalados en el albergue, por cierto, una maravilla, apareció nuestro queridísimo amigo Dn. Marco, no hubo más huespedes ese día, así que nos aseamos, y los tres a dar una vueltita por el pueblo. Cenamos en un tasco frente a otro albergue privado, en el carte ponía ALBERGUE ROJO-PLATA, MESON ER GITANO. Seguido, nos fuimos al refugio, una charleta con  el hospedero, y al catre.











¡Si le pillo treinta segundos antes!





















Esta foto tiene su aquel




El de Albacete, y el banco donde estaba echando la siesta



Famoso traficante, le estábamos vigilando



Marco y Juancar
Etapa 8 Torremejía-Mérida


Un nuevo día, preparamos las mochilas, desayunamos en el palacio albergue de los Mexia, y seguido iniciamos el camino con destino a la gran Mérida, Marco se queda durmiendo un poco más, total, nos encontraremos de nuevo al finalizar la jornada.

Nada más salir del albergue, nos encontramos con un vecino del lugar que, en su día ya había hecho el Camino de Santiago, y para no perder la costumbre, todos los días se daba el paseito mañanero, jubilado por supuesto. Nos da conversación por el camino hasta un punto donde él se da la vuelta, ya que el camino sigue por carretera un tramo de un par de kilómetros, y al jubilado no le gusta el asfalta, luego volvemos a tomar la senda. Al cabo de unos quince kilómetros, vemos a lo lejos la Gran

Llegamos por fin, atravesamos el puente romano más largo de la antigüedad, tomamos a la izquierda y tras pasar el puente de Lusitania, llegamos al albergue de la ciudad, enclavado en un  viejo molino. En la puerta el teléfono del hospedero, Sr. Valentín, que al poco rato apareció en un ciclomotor, claro está, tras llamarle por teléfono. Nos da cobijo como buenos peregrinos, y nos manda a comer al centro de la city, en el restaurante de un primo suyo, que se nos iba a hinchar el pelo dijo, lo que pasó fue que se deshinchó la cartera. Volvimos al albergue con el estómago lleno y tras una pequeña siesta, a media tarde nos fuimos a ver el anfiteatro y todo eso, pero, como la vez anterior en Fuente de Cantos, llegamos tarde; la única opción, pues ver el Museo Romano que estaba al lado, y encima gratis. Algo más de un hora ya estuvimos disfrutando aquello, después, un paseo por la plaza de España, y seguidito, que se hacía de noche, sentados en una mesa de uno de los bares de la zona, a comer un bocata. Cuando volvimos al albergue estaba lleno, Mérida debe ser una de las ciudades desde la que parten muchos peregrinos hacia Santiago.



















































Etapa 9 Mérida-Alcuescar




A las siete de la mañana nos ponemos en  ruta, de noche como de costumbre, salimos de la ciudad dejando atrás el acueducto romano, gracias al gps logramos encontrar el camino, ya que la fechas indicadoras habían desaparecido. Al cabo de unos kilómetros, y cuando nos encontrábamos en un  punto en que no sabíamos si tirar por carretera o camino, apareció un vecino de Mérida, de origen argentino que, al vernos dudar, nos aconsejó que le siguieramos, él nos indicaría por dónde ir. Le hicimos caso, y eso nos supuso un rodeo de tres kilómetros, pero el paisaje mereció la pena.
Este desvío, nos llevó hasta Aljucen, donde paramos a desayunar, y a descansar, por supuesto. Nos vino bien el descanso, ya que seguido de Aljucen, teníamos que atravesar el parque natural de Cornalvo, un flipe. Alguna paradita por el camino, para que los andarines se airearan, y finalmente Alcuescar. Nos topamos con el único Albergue de este pueblo, una residencia de beneficencia. La zona destinada a los peregrinos la lleva Angel, fumador empedernido, le calculo tres paquetes al día, por su forma de toser, él sabrá porqué.
Bueno, pues allí estabamos recogidos, nos prepararon la cena a las siete de la tarde, nos llevaron a todos al comerdor como si estuvieramos de visita guiada en algún centro de interpretación, y no se conformaron sólo con eso, también nos llevaron a la iglesia, donde nos bendijeron, como se puede ver en las instantáneas. Una vez sentados en la mesa, no dábamos crédito, algunos comían como si fuera la última cena. Nostros, en cambio, ni la probamos, hacía dos horas que habíamos comido. La costumbre en este lugar era que los comensales fregaran al término de la cena; yo tuve suerte, tenía a mi lado al Doctor jekyll (el de el subidón), empezó a hablar muy rápido, como poseido, y al poco tiempo teníamos fregando todos los platos a los dos canadienses "impresionante", lo que nos permitó a los mayores salir a tomar café al pueblo.
La noche, horrorosa, un diluvio, tal es así, que al día siguiente, los caminos estaban impracticables, y ello nos obligo a coger el autobús hasta final de etapa, Cáceres. El resto en otra ocasión....................



















Fred Astaire, contento bajo el sol






El otro Fred






























2 comentarios:

  1. Hostia! ha sido ver otra vez la cuesta del Calvario y temblarme las piernas como juncos!
    Es que, como dice Juancar... no debe ser bueno esto tampoco... andar tantos kilometros. jajajajjaja muy bueno!!!

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